La firme convicción sobre el necesario cuidado de la naturaleza y de la biodiversidad como patrimonio de la humanidad, cuyo respeto se debe promover y del uso de los medios sostenibles que contribuyan a ello, son la base por la que la casa Altagracia crea el Club 1791 con un proyecto que desarrolla desde su creación para estos fines.

Con el objeto de impulsar la educación primaria de los niños y la capacitación laboral de mujeres de poblaciones indígenas en Filipinas, el Club 1791 promueve el apoyo de este proyecto facultando cada socio el padrinazgo de un olivo de las tierras de Pagos de Altagracia 1791, al que dotará con su nombre y cuyo rendimiento en aceite de primer día de cosecha será beneficiario. Un porcentaje de la aportación será destinado al proyecto sostenible.

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